lunes, 30 de diciembre de 2013

Megapost Reflejos de Luz

 

Estos días han estado cargados de actividades, movimiento, celebraciones, acciones solidarias, encuentros de oración, festivales... todas ellas enfocadas a la Fiesta de Navidad que ayer mismo celebramos.
Ahora me pregunto ¿después de la Navidad qué es lo que me queda?. Me queda el cansancio de muchas actividades, proyectos, planes... pero sobre todo AHORA es cuando me quedo con el verdadero espíritu de Navidad. Ahora es cuando, de forma serena y tranquila, puedo acoger a Dios mismo en ese pesebre sencillo.
Ha venido para darme VIDA, para ofrecerme PAZ y para alentarme en mi MISIÓN. Ahora es cuando, en silencio puedo contemplar la grandeza de su presencia en mi día a día.
La sociedad cambia pronto el "chip", pasa deprisa de una fiesta a otra y, en este momento, ya todos se preparan para celebrar el fin de año. Yo aún no he dado ese salto, tan solo contemplo a un Dios hecho niño, en un establo, entre los pobres, entre la gente humilde...
Muchos pensamientos nos han acompañado en este Adviento como ayuda para prepararnos para la llegada de Dios a nuestra vida. Un mensaje en una botella con valores que engrandecen nuestro corazón, unos barquitos con recuerdos de aquello que es importante para caminar por el mundo con un horizonte concreto... Hemos oteado el horizonte y hemos ido viendo cada vez con más nitidez la presencia de Jesús en los acontecimientos diarios.
Navegar no es siempre fácil, hay tempestades que zarandean nuestro barco hasta el punto de creer que va a sucumbir en el fondo del mar. Las noches en el mar son frías y a veces calan los huesos hasta quedar exhaustos. El fuerte sol del mediodía quema cuando estás en cubierta y te expones a su radiación... Sí, navegar no siempre es sencillo, pero la aventura de la vida no es tampoco sencilla, sin embargo levamos anclas y nos adentramos en el mar con la esperanza de vivir y saborear cada una de las olas que nos acompañan.
Jesús ha llegado, busco en mi corazón a ese niño, inocente, sencillo, humilde, grande... que ha dado sentido a mi vida y a la vida de muchos que, como yo, creemos en la verdad y el amor.

Encar_AM


Hoy celebramos la fiesta de los Santos Inocentes, mártires. Metidos en las celebraciones de Navidad, no podemos ignorar el mensaje que la liturgia nos quiere transmitir para definir, todavía más, la Buena Nueva del nacimiento de Jesús, con dos acentos bien claros. En primer lugar, la predisposición de san José en el designio salvador de Dios, aceptando su voluntad. Y, a la vez, el mal, la injusticia que frecuentemente encontramos en nuestra vida, concretado en este caso en la muerte martirial de los niños Inocentes. Todo ello nos pide una actitud y una respuesta personal y social.

San José nos ofrece un testimonio bien claro de respuesta decidida ante la llamada de Dios. En él nos sentimos identificados cuando hemos de tomar decisiones en los momentos difíciles de nuestra vida y desde nuestra fe: «Se levantó, tomó de noche al Niño y a su madre, y se retiró a Egipto» (Mt 2,14). 

Nuestra fe en Dios implica a nuestra vida. Hace que nos levantemos, es decir, nos hace estar atentos a las cosas que pasan a nuestro alrededor, porque —frecuentemente— es el lugar donde Dios habla. Nos hace tomar al Niño con su madre, es decir, Dios se nos hace cercano, compañero de camino, reforzando nuestra fe, esperanza y caridad. Y nos hace salir de noche hacia Egipto, es decir, nos invita a no tener miedo ante nuestra propia vida, que con frecuencia se llena de noches difíciles de iluminar.

Estos niños mártires, hoy, también tienen nombres concretos en niños, jóvenes, parejas, personas mayores, inmigrantes, enfermos... que piden la respuesta de nuestra caridad. Así nos lo dice Juan Pablo II: «En efecto, son muchas en nuestro tiempo las necesidades que interpelan a la sensibilidad cristiana. Es la hora de una nueva imaginación de la caridad, que se despliegue no sólo en la eficacia de las ayudas prestadas, sino también en la capacidad de hacernos cercanos y solidarios con el que sufre».

Que la luz nueva, clara y fuerte de Dios hecho Niño llene nuestras vidas y consolide nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad.

“Entonces Herodes al verse burlado por los magos, se enfureció y mando matar a todos los niños menores de dos años en Belén y sus alrededores”. Mateo 2:16.
Es el cuarto día de Navidad y hoy celebremos un día de niños. De unos niños que fueron juzgados como una amenaza para Herodes. Es un suceso horripilante que Mateo nos informa. Desgarra nuestros corazones y deja en nosotros mucha tristeza.
Es una matanza de inocentes que no tenían nada que ver con las luchas por el poder existentes, y que tampoco tenían planes: simplemente les toco vivir en el lugar equivocado y en el tiempo equivocado. Es un relato horroroso que por desgracia, se repite de una u otra forma en todas las epocas y generaciones.
También en las ultimas décadas, ha habido matanza de inocentes. También hoy hay Herodes, cortados por el mismo patrón, alimentados por los mismos temores y prejuicios.
Los Reyes Magos no volvieron con Herodes a informarle sobre el Niño y esto le provoco una rabia furiosa y puso en marcha la carnicería con la que pretendía salvaguardarse de un Niño.
Duele, y mucho, el crimen del aborto: un asesinato que acaba con la vida de un inocente que ni siquiera puede defenderse, ya que sus gritos de dolor no pueden ser escuchados. Hay niños y también muchos, que mueren de hambre, no obstante que en la mesa de la creación hay pan para todos. Hay niños que son lastimados en su inocencia, ya que hay nuevos Herodes que les arrebatan uno de los valores mas grandes de su interior, al ser acosados y lastimados sexualmente.
La sangre de los inocentes continua empapando la historia actual de todo el mundo. La Navidad es, sin embargo, la promesa de que la vida vencerá a la muerte.
Del Salmo 123: Nuestra vida escapo como un pájaro de la trampa de los cazadores.
Textos Bíblicos: 1 Juan 1:5-2:2 | Mateo 2:13-18

Hoy celebramos la fiesta de los Santos Inocentes, mártires. Metidos en las celebraciones de Navidad, no podemos ignorar el mensaje que la liturgia nos quiere transmitir para definir, todavía más, la Buena Nueva del nacimiento de Jesús, con dos acentos bien claros. En primer lugar, la predisposición de san José en el designio salvador de Dios, aceptando su voluntad. Y, a la vez, el mal, la injusticia que frecuentemente encontramos en nuestra vida, concretado en este caso en la muerte martirial de los niños Inocentes. Todo ello nos pide una actitud y una respuesta personal y social.

San José nos ofrece un testimonio bien claro de respuesta decidida ante la llamada de Dios. En él nos sentimos identificados cuando hemos de tomar decisiones en los momentos difíciles de nuestra vida y desde nuestra fe: «Se levantó, tomó de noche al Niño y a su madre, y se retiró a Egipto» (Mt 2,14). 

Nuestra fe en Dios implica a nuestra vida. Hace que nos levantemos, es decir, nos hace estar atentos a las cosas que pasan a nuestro alrededor, porque —frecuentemente— es el lugar donde Dios habla. Nos hace tomar al Niño con su madre, es decir, Dios se nos hace cercano, compañero de camino, reforzando nuestra fe, esperanza y caridad. Y nos hace salir de noche hacia Egipto, es decir, nos invita a no tener miedo ante nuestra propia vida, que con frecuencia se llena de noches difíciles de iluminar.

Estos niños mártires, hoy, también tienen nombres concretos en niños, jóvenes, parejas, personas mayores, inmigrantes, enfermos... que piden la respuesta de nuestra caridad. Así nos lo dice Juan Pablo II: «En efecto, son muchas en nuestro tiempo las necesidades que interpelan a la sensibilidad cristiana. Es la hora de una nueva imaginación de la caridad, que se despliegue no sólo en la eficacia de las ayudas prestadas, sino también en la capacidad de hacernos cercanos y solidarios con el que sufre».

Que la luz nueva, clara y fuerte de Dios hecho Niño llene nuestras vidas y consolide nuestra fe, nuestra esperanza y nuestra caridad.

Creo en la bondad humilde de José de Nazaret y en la fe desbordada de María.
Creo en la pobreza del portal con un buey y una mula, y aun sin ellos.
Creo en el anuncio de los ángeles, presencias múltiples de Dios donde están la verdad, el amor y la belleza.
Y en el gozo compartido de los pobres pastores que sueñan ilusiones y viven de esperanzas.
Creo en la estrella peregrina y mensajera y en los Magos inquietos y tenaces, que siempre encuentran la luz cuando la siguen, asomada a la inmensa maravilla de Dios entre los hombres.
Creo en los caminos que llevan a Belén, en los ríos de plata, en los montes de musgo, en los árboles de corcho, en las luces de colores.
Creo en las estrellas, más curiosas y despiertas que nunca en el cielo madrugador de la Nochebuena.
Creo en la alegría natural, en la clara amistad entre los hombres, nacida de repente o crecida a ritmo de cosecha.
Creo en la sorpresa virgen y fértil de los niños.
Creo en la ternura de los hombres.
Creo en el amor, difícil e inseguro, pero cierto, muestra gratuita de Dios, ángel, estrella, belén de su hermosura generosa.
Creo en Jesús, hombre perfecto, Hijo de Dios, Dios perfecto a la altura del hombre.

Víctor Manuel Arbeloa
El amor nace de un corazón que como el Niño acuna el madero.
Es dejar que el amor tome la carne, para que así puedan verlo.
Acunar el madero es recordar que el amor no ha nacido en corazones llenos.
Es descubrir que el amor nada esquiva cuando es bien verdadero.
Acunar el madero es dar fortaleza a lo que nace pero sin endurecerlo.
Es contener al que llora en su dolor más tierno.
Es alzar al que en la senda cae y proponerle otro intento.
Acunar el madero es poner las manos al servicio para amortiguar en algo, los dolores ajenos.
Es enseñar cuánta vida yace en Aquél que dan por muerto.
Acunar el madero es entrecruzar el brazo de los pobres, con el nuestro.

Por haber llegado al final de este año creyendo, confiando y amándote.
Fueron muchas veces las que animaste mi fe,
las que corriste a mi encuentro.
Siempre sentí el calor de tu mano, aún en plena oscuridad.
Gracias, también, por esa otra fe que he conservado.

Gracias por las ayudas, la compañía
y la alegría que me han brindado las personas.
Gracias por tantos ojos como me miraron con ternura.
Gracias por tantas manos como se adelantaron a estrechar la mía.
Gracias por tantos labios cuyas palabras y sonrisas me alentaron.
Gracias por tantos oídos que me escucharon.

Gracias, Señor, por tanto como he recibido,
que no fueron méritos míos, sino dones tuyos...
Gracias por el mérito que me estimuló.
Por la salud que me sostuvo,
por el trabajo que desempeñé,
y por el descanso de que disfruté.
Gracias por aquel fracaso y aquella desilusión.

Perdón, Señor:
Por la palabra que callé.
Por esa mano que no tendí.
Por la sonrisa que escatimé.
Por el saludo que negué.
Por la mirada que desvié.
Por la disculpa que no pedí.
Por esos oídos que no presté.
Por ese gozo que no compartí.
Por tanta lágrima que no enjugué.
Por esa verdad que omití.
Por tantas veces, Señor,
como me marché de Ti o como no te abrí.

Ayúdame, Señor, quiero comenzar con fuerza
este nuevo año de mi vida.

Venid a Mí todos los que estáis cansados y agobiados
Venid a Mí todos los que tenéis dudas y desesperanzas
Venid a Mí, venid a Belén, Venid a mi Corazón de Carne,
Y Yo os daré descanso, renovaré vuestras fuerzas, alimentaré vuestro futuro.

Venid a Mí y celebrar de nuevo la Vida.
Porque Yo hago nuevas todas las cosas
Yo también podré renovar todo lo viejo y enfermo que os amenaza.
No permitáis que el cansancio, los años o la soledad hagan morada en vosotros
Sois demasiado valiosos para mí como para dejar que otros os habiten
Y destruyan vuestra paz y vuestra esperanza.

Mira la Estrella, mira a María, mi Madre.
Mira la Luz, mira a José, hombre bueno y humano.
Mira la noche Santa. Escucha. Contempla.
Yo bendigo vuestro hogar, vuestra familia, vuestra comunidad

Te bendigo a ti y a quienes te rodean.
No maldigáis vosotros.
Yo bendigo vuestros intentos, vuestros errores,
vuestros deseos de ser cada vez más “otros Cristos” para quien os conoce.

Venid a Mí. Contempladme y quedaréis radiantes.
Gustad y ved que bueno es saberse familia. Familia de Dios.
Si en el mundo no me reciben, que al menos esta casa,
acoja mi Palabra de amor y perdón y me acoja a Mí en cada ser humano.

Yo estaré con vosotros todos los días hasta el final del mundo.
En la Cruz y en Belén. Todos los días del mundo.
Que quien te mire, vea la Estrella, vea Mi Luz.
Anunciad a todos que estáis en buenas Manos.
Amén

La Navidad es cercanía: rompe con lo que te separa de los demás
La Navidad es amor: ¡bríndate generosamente!
La Navidad es oración: si estás frío con Dios, háblale
La Navidad es canto: si estás desafinado, entónate
La Navidad es perdón: si estás enojado, reconcíliate
La Navidad es adoración: si eres soberbio, arrodíllate
La Navidad es dulzura: si estás amargado, dulcifica tu persona
La Navidad es cielo: si vives en un infierno, coge la escalera de Jesús
La Navidad es paz: si eres violento, busca las armas de la fraternidad
La Navidad es compartir: si eres tacaño, despréndete de algo
La Navidad es confiar: si eres desconfiado, da otra oportunidad
La Navidad es alegría: si estás triste, busca razones para la sonrisa
La Navidad es esperanza:  si estás derrotado, levántate: Dios te quiere
La Navidad es regalos: si no los tienes, aprende a conquistarlos
La Navidad es silencio: si estás afónico, serénate un poco
La Navidad es Dios: si vives lejos de El, aún estás a tiempo para volver
La Navidad es Jesús: si no lo ves, búscalo dentro de ti
La Navidad es María: si te parece pobre, enriquécela con tu cariño
La Navidad es José: si no eres responsable, mírale de cerca
La Navidad es Angel: si no tienes alas, supérate a ti mismo
La Navidad es anuncio: si estás sordo, abre tus oídos a la Buena Noticia
La Navidad es verdad: si vives en la falsedad, recupera la transparencia

Señor, Dios, dueño del tiempo y de la eternidad, tuyo es el hoy y el mañana, el pasado y el futuro. Al terminar este año quiero darte gracias por todo aquello que recibí de TI.

Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor, por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.
Te ofrezco cuanto hice en este año, el trabajo que pude realizar y las cosas que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir.

Te presento a las personas que a lo largo de estos meses amé, las amistades nuevas y los antiguos amores, los más cercanos a mí y los que estén más lejos, los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar, con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.

Pero también, Señor hoy quiero pedirte perdón, perdón por el tiempo perdido, por el dinero mal gastado, por la palabra inútil y el amor desperdiciado. Perdón por las obras vacías y por el trabajo mal hecho, y perdón por vivir sin entusiasmo.

También por la oración que poco a poco fui aplazando y que hasta ahora vengo a presentarte. Por todos mis olvidos, descuidos y silencios
nuevamente te pido perdón.

En los próximos días iniciaremos un nuevo año y detengo mi vida ante el nuevo calendario aún sin estrenar y te presento estos días
que sólo TÚ sabes si llegaré a vivirlos.

Hoy te pido para mí y los míos la paz y la alegría, la fuerza y la prudencia, la claridad y la sabiduría.

Quiero vivir cada día con optimismo y bondad llevando a todas partes un corazón lleno de comprensión y paz.
Cierra Tú mis oídos a toda falsedad y mis labios a palabras mentirosas, egoístas, mordaces o hirientes.

Abre en cambio mi ser a todo lo que es bueno que mi espíritu se llene sólo de bendiciones y las derrame a mi paso.

Cólmame de bondad y de alegría para que, cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí encuentren en mi vida un poquito de TI.

Danos un año feliz y enséñanos a repartir felicidad . Amén
Las uvas de Fin de año son una de las tradiciones más arraigadas en España para celebrar el cambio de año. De hecho, incluso aquellos que no son muy aficionados a las uvas hacen el esfuerzo de tomar 12 en Fin de Año.
Y es que este ritual de Nochevieja nos asegura, en teoría, buena suerte para el año siguiente. Eso sí, ¡solo si nos tomamos las 12 uvas al ritmo de las 12 campanadas!

¿Quieres saber desde cuando tomamos 12 uvas en Fin de año?
La teoría más plausible dice que la tradición de tomar las 12 uvas en Fin de año se extendió en 1909, un año en el que hubo excedente de uvas. Así, los agricultores aprovecharían esta nueva tradición para deshacerse de sus uvas vendiéndolas como “uvas de la suerte“.
Lo cierto es que ya antes de esa fecha, los burgueses solían celebrar Fin de año con uvas y champán. A finales del siglo XIX, un grupo de madrileños decidió burlarse de esta costumbre tomando las 12 uvas en la Plaza del Sol, al ritmo de las campanadas. Lo que empezó como una burla fue poco a poco quedando en forma de tradición, hasta el empujón definitivo que le dieron los comerciantes de uvas en 1909. ¡El Fin de año con uvas quedó casi oficialmente instaurado!
Hoy en día, en la gran mayoría de hogares españoles se toman 12 uvas por Fin de año, normalmente siguiendo las campanadas en alguna plaza local, o a través de la televisión. La costumbre de comer 12 uvas por Fin de año se ha extendido también a algunos países de Latinoamérica.
Los días del calendario se van acabando, pero todavía quedan muchas cosas por resolver antes de despedir al 2012. Diciembre sigue transcurriendo, y en unos días llega la Navidad. Todos los años la misma historia... 

Cuesta encontrarnos con el misterio de la navidad; no el de las luces, los arbolitos, regalos y fantasías de las que nos hablan muchas películas que aparecen en la tele en este tiempo. Hablo del misterio grande, de un Dios que siendo el creador y el todopoderoso, haya elegido hacerse uno de nosotros en la pequeñez y debilidad de un niño, de carne y hueso. ¿Y por qué semejante locura? Simplemente por amor, no hay otra explicación posible.  El que ama busca estar cerca del amado, viaja si es necesario, y si pudiera no se alejaría ni un segundo. Como dice J.L Martín Descalzo, un sacerdote y periodista español: “Yo diría que la Navidad es la prueba, repetida todos los años, de dos realidades formidables: que Dios está cerca de nosotros, y que nos ama”. 

Y este Dios que nació en un lugar humilde y desconocido, sigue eligiendo esos mismos espacios: viene a nacer en la realidad de tu familia, en medio de la nostalgia de los que no están y del dolor por el desencuentro de los que estamos; en los que estudian y parece que cada vez se hace más cuesta arriba lograr recibirse; en los que se levantan cada día queriendo que sus vidas sean diferentes pero no saben cómo conseguirlo... 

“Vino y puso su morada entre nosotros” dice uno de los textos bíblicos que se leen en este tiempo; lo que deduce que vive en medio nuestro y entre nuestras cosas.

Parafraseando al mismo autor español, Martín Descalzo, “amigos míos, déjenme que les pida que en estos días no se refugien ustedes en la nostalgia. No miren hacia atrás. Contemplen el presente. Descubran que a su lado hay gente que les ama y que necesita su amor. Si lo hacen, el amor de Dios no será inútil. Y también en sus corazones será Navidad”    

La navidad es un presente, y sigue aconteciendo:
Cuando decides amar a los que te rodean. Ese día es Navidad.
Cuando decides dar un paso de reconciliación con el que te ha ofendido. Ese día es Navidad.
Cuando te encuentras con alguien que te pide ayuda y accedés. Ese día es Navidad.
Cuando te tomas el tiempo para charlar con los que están solos. Ese día es Navidad.
Cuando comprendes que los rencores pueden ser transformados a través del perdón. Ese día es Navidad.
Cuando te desprendes aún de lo que necesitas, para dar a los que tienen menos. Ese día es Navidad.
Cuando renuncias al materialismo y al consumismo. Ese día es Navidad.
Cuando eliges vivir en la alegría y la esperanza. Ese día es Navidad.


Para el nuevo año te ofrecemos doce frases, como doce campanadas:

1.Agradece el pasado como don de Dios.
2.Vive el presente con esperanzas y creatividad.
3.Di "sí" al paso de Dios por tu vida.
4.Confía, Dios te encomienda cosas grandes.
5.Valora lo pequeño, llegarás a lo grande.
6.Mira a la vida con sencillez y amor.
7.Ten buen humor, pase lo que pase.
8.Perdona y pide perdón.
9.Haz algo por el otro y serás feliz.
10.Atento, Dios te habla cada día.
11.Dios cuenta contigo.
12.Ama la vida, ama al mundo, ama a Dios.

QUE DIOS TE BENDIGA HOY Y SIEMPRE

sábado, 28 de diciembre de 2013

LasMelli

Vengan a mi...!

Jesucristo también nos dice en los tiempos de HOY:
"Vengan a mi los que se sienten cargados y agobiados porque yo los aliviaré. Pues mi yugo es bueno y mi carga liviana."
 

viernes, 27 de diciembre de 2013

DVD "MAY FEELINGS.La red social que reza para cambiar el mundo"



La red social que reza para cambiar el mundo


May Feelings consigue que miles de personas puedan rezar los unos por los otros. Pretende que la Tierra se parezca un poquito más al Cielo, haciéndote ver que no hay nada más bonito que salir de uno mismo y pedirle a Dios por otras personas y hacerte, de alguna forma, responsable de esas necesidades que ves.
May Feelings quiere hacerte ver que es algo absolutamente normal, que no hay nada más humano que REZAR. Acordarte de alguien en tu trabajo, en la consulta de un médico, en clase, en un avión o esperando un taxi... eso también es rezar.
May Feelings consigue que te olvides de ti, para pensar en los demás. Te dice que tú importas, que tú cuentas, que tú puedes ayudar mucho... y que lo puedes hacer rezando.
Creemos que la oración mueve montañas,
y que la fe transforma a las personas
...leer más

     
DVD MAY FEELINGS Para ver más vídeos con valores pulsa aquí


Dios está aquí


Paz en la Tierra


Reflejos de Luz

Acercarse a Belén ,
es acercarse al mundo de los sueños más hermosos.
Porque Belén no es una ciudad de nuestro mundo,
sino un rincón del corazón humano.

En Belén hemos nacido todos,
en Belén se apacienta nuestra infancia.
Aquí giró la historia.
Aquí nació la vida.
Hasta Belén, ser hombre
era nacer para vivir rodando
por la cuesta del tiempo.
Desde Belén , ser hombre
es aprender la enorme
aventura de escalar las alturas.
Aquí, ser hombre se convirtió en ser Hijo de Dios.
Aquí, el Dios de los cielos
inició la locura de volverse pequeño.
Por eso las campanas de Belén están locas,
replican y replican para explicarle al mundo
la alegría del cielo,
para que todos sepan que el hombre está a salvado
ahora que Dios se ha hecho hombre como nosotros.
Mirar, mirar las casas de Belén, apiñadas,
apretadas las unas a las otras,
lo mismo que un rebaño aterido,
como un coro de monjas asustadas.
Mirar su letanía de agudos campanarios
que señalan al cielo con sus dedos alzados
para decir a todos: Por aquí vino Dios.
Contemplar el mercado, sus hombres y mujeres,
sus pobres baratijas, sus comidas caseras.
El Dios de las alturas nunca fue un exquisito,
ni una ciudad fría de gélidos burócratas,
sino en pobreza de los pobres más pobres ,
en calles malolientes donde el hombre agita,
en un triste pueblo despreciado de todos.
No busquemos en Belén hermosas catedrales,
iglesias esplendentes, basílicas radiantes,
la flecha luminosa de las agujas góticas,
las vidrieras de fuego donde ardió el Medioevo.
Todo en Belén es pobre
como el Dios que lo habita.
Y ahora...,pasar conmigo por la pequeña puerta
que conduce a la gruta.
Una puerta que tiene la estatura de un niño
y en la que hay que agacharse para poder entrar.
Porque para llegar hasta el Dios de los cielos
sólo hay dos caminos:
la puerta de la infancia
y la humildad.
Para ver a Jesús, es necesario
doblar el espinazo del orgullo,
agachar la cabeza de nuestras importancias,
hacerse niños como El se hizo.

Y ahora...,arrodillémonos: aquí ocurrió el prodigio,
aquí una virgen-Madre iluminó la tierra,
aquí por primera vez se oyó el llanto de Dios,
aquí la sangre humana se vio multiplicada,
aquí un diminuto corazón de chiquillo
fue, por primera vez, el corazón de Dios.
Aquí, entre estas paredes de humedad y de piedra,
entre dos animales asustados y atónitos,
nació aquel cuerpo y sangre
que el hombre comería por los siglos de los siglos.

Alejar nuestros ojos de los falsos adornos
que camuflan la gruta,
no contemplemos ;
las lámparas ni las raídas de sedas
que quieren ocultar
el oro santo de la sencillez.
Cerrar más bien los ojos y asombrémonos.
Dejar que sea el corazón quien mire.

Y , después, alegrémonos igual que los pastores
que en esta misma gruta escucharon su anuncio:
gloria a Dios en el cielo.
paz a los hombres de buena voluntad.

Levantar nuestras manos para dar también gloria
y dejar que la paz penetre en nuestra alma
como la gran nevada de la misericordia.
Dejar que, dos mil años después,
el Niño vuelva a nacer en nosotros,
convertir nuestras almas en el portal viviente.
Y sea nuestra casa como un nuevo Belén.


En esta NAVIDAD del 2013,
queremos unirnos a todos los pueblos que buscan la PAZ.
Deseamos hacernos eco de tantos hombres, mujeres y niños
que no conocen en sus vidas un momento de PAZ.
Buscamos ser, esta Navidad y siempre, portadores de PAZ.

Sabemos que no es fácil ser un instrumento de PAZ.
Pero vamos a poner nuestro empeño en el Nuevo Año
para que nuestras relaciones humanas tengan la fuerza
transformadora de la fraternidad.

Bendice esta VELA DE LA PAZ como símbolo de
nuestro compromiso humano y cristiano para que así
alumbre la PAZ en nuestra vidas, en nuestro mundo.

Que su luz eclipse nuestras pobrezas personales.
Haz que brille lo positivo de cada uno y sepamos
transmitir a otros algo de esa LUZ que Tú nos traes.

Que en nuestro hogares, en nuestras familias,
en la casa de nuestros amigos, la Luz de la Esperanza,
la Luz de la Paz, sea una realidad.

Nos comprometemos a encender en nuestros hogares
el Día de Navidad, en que Jesús nació para ser Luz de las naciones
y Príncipe de la Paz,
a encender esta Vela simbólica para que alumbre
a los de fuera y a los de dentro.
Y así, nadie se pierda en la noche, nadie camine a oscuras.

Hoy sé que me pides, Señor, me haga la siguiente reflexión: El Hijo de Dios fue enviado por el Padre para mi salvación; vivió para enseñarme la verdad, el amor y el bien en el pensar y en el actuar; me reveló que soy querido por el Padre celestial y que el Espíritu Santo sería mi socio en el esfuerzo por caminar hacia la eternidad; padeció y murió por mí; resucitó para mí; está de nuevo con el Padre esperándome a mí… Y me pregunto ante Ti, Señor, ¿qué respuesta provoca tu Verdad en mi corazón?…

Forrado de pobreza pero ceñido en riqueza divina
sin ruidos ni trompetas triunfales
pero codiciado por la gente sencilla
Llorando, porque sabes que los hombres sollozamos,
y pequeño…por las veces en la que humanidad
se siente excesivamente, poderosamente grande
¡HAS VENIDO, SEÑOR, Y ESO ES AMOR!
Alumbrado por el seno virginal de una humilde nazarena
y, vigilado, por la sobriedad del Patriarca de ese portal
Aplaudido, hoy como entonces,
por la indiferencia de los que no saben verte
y agasajado por el zurrón de los pastores de Belén
¡HAS VENIDO, SEÑOR, Y ESO ES AMOR!
Acariciado por manos santas y puras de la Virgen María
y pretendido por otras traicioneras y engañosas
Arrullado por raspas pajas de un pesebre
y denostado por los que quieren regir y vivir como si Tú no existieras
¡HAS VENIDO, SEÑOR, Y ESO ES AMOR!
Tráenos luz que encienda las oscuridades de nuestro vivir cotidiano
Danos aquello que, sólo Dios, es capaz de ofrecer sin nada a cambio
Haznos comprender el Misterio que, en este día, se desvela
Entresijo escondido desde siglos
y resuelto en la frialdad de una mágica  noche
Déjanos postrarnos ante Ti para que, inclinándonos ante Ti,
adivinemos que Tú desciendes a la humanidad
para que, nosotros, ascendamos hasta los mismos pliegues de lo divino, ante lo que un día nos aguarda en el cielo
Míranos, con esos ojos de Niño,
para que nunca olvidemos que, en Belén, nace el AMOR
y que, con ese AMOR, venceremos a las desesperanzas e inquietudes, dudas y lágrimas, caídas y tropiezos
Para que nunca olvidemos que, sin el AMOR de Belén,
el mundo estaría huérfano y roto por sus cuatro costados
Para que nunca olvidemos que, si DIOS se hace pequeño,
Infante, humano, carne de nuestra carne
es porque cree, piensa y desea la salvación del hombre
¡HAS VENIDO, SEÑOR, Y ESO ES AMOR!
Javier Leoz
NAVIDAD NOS TRAE
La paz que el mundo es incapaz de ofrecer
La fe que la ciencia intenta soslayar
La esperanza que el hombre necesita para caminar
La pequeñez que el mundo hace tiempo dejó de valorar
NAVIDAD NOS TRAE
La claridad para la noche del hombre
El misterio de Dios hecho hombre
La grandeza que vive en el cielo
La humanidad que salta del corazón del Padre
NAVIDAD NOS TRAE
La certeza de que algo bueno tenemos los hombres
La alegría musitada por los ángeles
El resplandor que habita en el cielo
El esplendor con que se ilumina la tierra
NAVIDAD NOS TRAE
El amor de un Dios que se lanza sobre la tierra
El amor de un Dios que confía y vuelve a confiar en el hombre
La mano de los que fueron adversarios
El corazón de los que olvidaron que el amor le da vida
NAVIDAD NOS TRAE
El silencio de la noche más santa del año
La soledad de un Dios que se deja adorar en la tierra
El nacimiento de un Niño que nace entre pajas
La humildad de un Dios que rompe esquemas
NAVIDAD NOS TRAE
El gozo y el encanto de esperar y de creer
La seguridad de que no estamos solos
La emoción de escuchar el palpitar de un Señor en Belén
La oración con la que respondemos a tan gran regalo

Si tienes amigos, búscalos ¡La navidad es UNION!
Si tienes enemigos, reconcíliate, ¡La navidad es PAZ!
Si tienes pecado, conviértete, ¡La navidad es GRACIA!
Si tienes soberbia, sepúltala., ¡La navidad es HUMILDAD!
Si estas en tinieblas, enciende el farol de tu corazón, ¡La navidad es LUZ!
Si tienes tristeza, vivifica tu alegría, ¡La navidad es GOZO!
Si estás en el engaño, reflexiona, ¡La navidad es VERDAD!
Si sientes odio, olvídalo, ¡La Navidad es perdón!


Estoy aquí, junto a ti;
he nacido en la pobreza y en la humildad,
he venido en la sencillez, y estoy aquí para quedarme contigo.
¿Ya sabes qué lugar de tu corazón me vas a regalar?
Hace tiempo que camino a tu lado y voy dentro de ti,
pero en esta Navidad vengo a quedarme en tu vida.
¿Por qué me tienes aquí, oculto, algo escondido?
Soy la meta de tus caminos. Lloro tus lágrimas. Soy tu alegría.
Estoy contigo cuando te sientes perdido. He sufrido tu miedo.
Mi amor se ha hecho tu prisionero. Estoy en tu necesidad, en tus caídas.
Al nacer abracé todos tus días y tus noches.
Me he metido en la aventura de tu vida, me he hecho tu hermano.
Estoy aquí.¡Ya es Navidad! Y la Navidad permanece para siempre.